lunes, 9 de agosto de 2010

PROTOCOLO Y ETIQUETA

PROTOCOLO SOCIAL

Protocolo social es el conjunto de conductas, reglas y normas sociales a conocer, respetar y cumplir, no sólo en el medio oficial ya establecido, sino también en el medio social, laboral, académico, político, cultural, deportivo, policial y militar. Cuando dentro de una organización se aprecia como pertinente aplicar protocolos, se crea uno interno basado en la potencialidad de las autoridades que forman parte de la misma; esto le permite llevar a cabo sus actividades en general. Dentro de sus habilidades a desarrollar se encuentra: hacer y recibir invitaciones, así como retribuirlas. También abarca las precedencias en una mesa principal, el tratamiento que se debe tener con ciertas autoridades ya sean políticas o eclesiásticas. La historia del protocolo está lleno de exageraciones que podríamos llamar "vanidades humanas", que han tenido su origen por diferentes razones como el despotismo, el poderío militar de algunos pueblos, o el progreso material de otros, lo cual daba a esta materia una verdadera complejidad al introducir desaveniencias o disputas entre los pueblos, que en ocasiones terminaron en guerras en especial en ciertos países orientales, por el despotismo de las cortes y por su etiqueta igualmente despótica. El protocolo ha existido desde los tiempos más remotos. Confucio vivió 500 años antes de Cristo y plasmó el pensamiento y las costumbres de la nación china. Uno de sus principales biógrafos, Max Eastman, dice que Confucio desde niño mostró gran inclinación por toda clase de ritos y ceremonias. Ya en la edad madura, deseoso de hacerse experto en todo lo relativo al ceremonial, dejó la pequeña provincia de Lu para trasladarse a la capital con el fin de estudiar las reglas de la etiqueta. Estableció un paralelo entre la moral y los buenos modales, la etiqueta y ceremonial. Por otra parte, el evangelio de San Lucas que se lee el XVI domingo después de pentecostés dice: "Cuando seas convidado a bodas no te coloques en el primer puesto porque puede llegar otro invitado de mayor distinción que tú y entonces el dueño de casa te insinuará que pases al último lugar". Esta parábola la relataba Cristo para decir que el que se ensalza será humillado y el que se humilla será ensalzado; pero, para el caso que nos interesa, deja establecido que ya existían las normas sobre la colocación de la mesa de acuerdo con el rango y la jerarquía de las personas.

ETIQUETA SOCIAL

Etiqueta, un aspecto del decoro, es un código que gobierna las expectativas del comportamiento social, de acuerdo a las normas convencionales dentro de una sociedad, clase social o grupo social. Aunque usualmente no está escrita, puede estar codificada en forma escrita. La etiqueta usualmente refleja fórmulas de conducta en las que la sociedad o la tradición han mitificado. La etiqueta puede reflejar un código deontológico subyacente, o puede surgir a partir de la moda, como en la Bretaña del siglo XVIII donde actos aparentemente sin sentido como la manera en que la taza de té se mantenía se asoció con la clase alta. Como "cultura", es una palabra que poco a poco se ha vuelto plural, especialmente en una sociedad multiétnica con muchas expectativas chocando entre sí. Así, hoy en día es posible referirse a "una etiqueta" o "una cultura", concediendo el hecho de que no es universal. En Inglaterra, sin embargo, la palabra etiqueta tiene sus raíces en el siglo XVIII, volviéndose una fuerza universal en el siglo XIX al grado en que ha sido descrita como la palabra que define apropiadamente la vida durante el reinado de la Reina Victoria.

NORMAS Y EFECTOS DE LA ETIQUETA

Los códigos de etiqueta prescriben y restringen las maneras en que las personas interaccionan con los demás, basados en el respeto para los otros y las costumbres aceptadas en una sociedad.
La etiqueta moderna codifica las interacciones sociales con los otros, tales como:
• Saludar a los familiares, amigos y conocidos con calidez y respeto
• Abstenerse de los insultos y la curiosidad entrometida
• Ser hospitalarios a los invitados
• Usar indumentaria apropiada para la ocasión
• Contribuir a las conversaciones sin dominarlas
• Ofrecer asistencia a aquellos que lo necesiten
• Comer pulcra y calladamente
• Evitar molestar a los otros con ruido innecesario
• Seguir las reglas establecidas de una organización al volverse miembros
• Llegar puntualmente
• Confortar al desconsolado
• Responder a las invitaciones puntualmente
• Aceptar regalos o favores con humildad y reconocerlos puntualmente con gracias o rechazarlos con buenos modales (p.e. una tarjeta de agradecimiento)

En los estratos superiores de la sociedad romana, la etiqueta instruía a los hombres a: saludar a los amigos y conocidos con decoro, de acuerdo a su grado, abstenerse de demostrar emociones en público, mantener a su(s) esposa(s) aislada de sus clientes, apoyar la posición de su familia con magnificencia pública, etc. Los estratos inferiores tenían reglas diferentes.

Las violaciones de la etiqueta, si son severas, pueden causar desgracia pública, y en privado herir sentimientos individuales, crear malentendidos o verdadero dolor y pesar, e incluso pueden escalar en ira asesina. Muchas enemistades familiares tienen sus inicios en violaciones triviales de etiqueta que fueron tomados fuera de proporción. En la antigua epopeya hindú Mahabhárata, todo el conflicto apocalíptico entre los ejércitos de dos clanes comienzan cuando un gobernante, Duryodhana, comete un par de faux pas menores en el castillo de su primo, y se burlan de él por ello. Se puede considerar a la etiqueta como política menor requerida para evitar conflictos mayores en la sociedad educada, y como tal, un aspecto importante de la ética aplicada.

DIFERENCIAS CULTURALES

La etiqueta es dependiente de la cultura; lo que es excelente etiqueta en una sociedad puede sorprender a otros. La etiqueta evoluciona dentro de la cultura. La pintura holandesa, Andries Both muestra que la caza de piojos (ilustración de la derecha), que había sido una ocupación civilizada durante el inicio de la Edad Media, una experiencia que creaba lazos que reforzaban el rango comparativo de dos personas, alguien que arreglaba y alguien arreglado, se había vuelto una ocupación de campesinos para 1630. La pintura presenta una operación familiar, sin el sarcasmo que el tema hubiera recibido en una representación del siglo XIX.



La etiqueta puede variar mucho entre dos culturas y naciones. En China, una persona que toma la última pieza de comida de un plato o tazón común sin ofrecerlo primero a los demás, puede ser visto como glotón y que insultaba la generosidad del anfitrión. En la mayoría de las culturas europeas, se espera que un huésped se coma toda la comida que se le sirve, como un halago a la calidad de la comida.

La etiqueta es un tópico que ha ocupado a los escritores y pensadores de todas las sociedades sofisticadas por milenios, comenzando con un código de comportamiento de Ptahhotep, un visir en el Imperio Antiguo de Egipto durante el reinado del rey de la Quinta Dinastía Dyedkara-Isesi (ca. 2414-2375 B.C.). Todas las civilizaciones alfabetizadas, incluyendo la antigua Grecia y Roma, desarrolló reglas para la conducta social adecuada. Confucio incluyí reglas para comer y hablar junto con sus refranes más filosóficos. Concepciones modernas tempranas sobre qué comportamiento identifica a un "caballero" fueron codificadas en el siglo XVI, en un libro de Baldassare Castiglione, Il Cortegiano ("El Cortesano"); su codificación de las expectativas en la corte de la Casa de Este permaneció vigente en esencia hasta la Primera Guerra Mundial. Luis XIV estableció un ceremonial de corte elaborado y rígido, pero se distinguió a sí mismo de la alta burguesía permitiéndose comer, estilizada y fastidiosamente, con los dedos. Un importante libro sobre la etiqueta es Galateo, overo de' costumi de Monseñor Giovanni della Casa; de hecho, en italiano, la etiqueta es usualmente llamada galateo (o etichetta o protocollo).

En el Reino Unido, Debrett's es considerada por muchos como el árbitro de etiqueta, sus guías de modales y formas han sido la última palabra en las sociedad educada. Las publicaciones tradicionales tales como Correct Form han sido recientemente actualizadas para reflejar a la sociedad contemporánea, y nuevos títulos como Etiquette for Girls y Manners for Men actúan como guías para aquellos que quieren combinar una vida moderna con valores tradicionales.
En las colonias americanas, Benjamin Franklin y George Washington escribió códigos de conducta para los jóvenes caballeros. La inmensa popularidad de las columnas de consejos y los libros de Letitia Baldrige y Judith Martin muestra la actualidad del tema. En latinoamérica, el Manual de Carreño es considerado como la guía básica en cuanto a las buenas costumbres. Más recientemente, el surgimiento del internet ha requerido la adaptación de las reglas de conducta existentes para crear la netiqueta, que gobierna el envío de correos electrónicos, las reglas para participar en un foro en línea, etcétera.

En Alemania, hay un código de conducta no oficial, llamado el Knigge, basado en un libro de reglas elevadas de conducta escritas por Adolph von Knigge en la última parte del siglo XVIII llamada exactamente Über den Umgang mit Menschen (Sobre las Relaciones Humanas). El código de conducta es muy respetado aún en Alemania y es usado principalmente en la alta sociedad.

En el caso de Argentina, que fue en la Belle Epoque, considerada la Paris de Sudamérica, era el sello de la imagen y los buenos modales refinados. Su clases más altas, conocida como la nobleza estanciera y patricia, que viajaba a Europa, marcaba con su actuación social y empresarial una distinción sin igual. Hoy la Argentina, sigue conservando parte de esto y es exportadora en la formación e instrucción de la buena imagen y los buenos modales. Para ello, cuenta con exclusivas escuelas que forman en estos aspectos, que sin duda redundan en el éxito, tanto profesional, social como empresarial. Entre las escuelas más reconocidas esta la Lord and Lady School, una escuela de formación, con sede en Buenos Aires, al que asisten de manera reservada particulares, empresarios y personalidades de todo el mundo de habla hispana.

La etiqueta puede convertirse en un arma social. La adopción exterior de los modales superficiales de un grupo, en el interés de un avance social en lugar de la preocupación por los otros, es una forma de snobismo, carente de virtud. Pero no debemos dejar de reconocer, que una buena imagen y modales redundan en el éxito de la comunicación de cada persona, profesional o empresa con su entorno, que por cierto es cada vez más tenido en cuenta, como parte de la formación de toda persona, además de la formación académica a la que se refiera.

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